La mayoría de las variables macroeconómicas muestra saldos positivos en tres años de mandato, resultados destacados por el Presidente en la Asamblea Legislativa. Pero no ha mejorado el ingreso real de gran parte de los trabajadores formales e informales. Esto plantea tensiones sobre el modelo de crecimiento dentro del oficialismo.

El discurso del presidente Alberto Fernández en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional tuvo un prolongado recorrido de balance económico de tres años de mandato. El saldo de la mayoría de las variables macroeconómicas, de la gestión del sector público y de las empresas estatales ha sido positivo en este período. Este resultado fue respaldado con cifras y evaluaciones objetivas acerca de la marcha de la economía, con dinamismo del mercado laboral, muchos sectores productivos y de servicios superando los niveles prepandemia y varios por encima del pico de 2017 del gobierno de Mauricio Macri.
La marcha económica está mostrando, sin embargo, dos rostros opuestos que puede generar confusión al momento del abordaje analítico acerca de qué está pasando. Actividad económica y consumo muy dinámicos en algunos sectores, con producción industrial y generación de empleo formal e informal en constante crecimiento, al tiempo de ingresos de trabajadores y jubilados insuficientes en un contexto de inflación muy elevada.